Aunque El Miedo Muerda

Para Dionisiuos
 
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros
y destapar el cielo.No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido,
porque existe el vino y el amor, es cierto;
porque no hay heridas que no cure el tiempo.Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.

– Mario Benedetti. No Te Rindas.

Relapso

El silencio tiene el peso del plomo.
Es la inmovilidad del alma
una fuerza poderosa
capaz de alzar las poleas
del puente de palabras.

Ahora vuelvo a ti, me hundo en el relapso.

Tus palabras mudas son el hierro
del tiempo para atravesar los minutos
que nunca existieron.
Las mías son sonidos de agua
de un discreto río
que lleva siglos en silencio.

 Cristina Pouliot. Trazos

¿Cómo encuentra un poeta la palabra exacta?

El poeta no escoge sus palabras. Cuando se dice que un poeta busca su lenguaje, no quiere decirse que ande por bibliotecas o mercados recogiendo giros antiguos y nuevos, sino que, indeciso, vacila entre las palabras que realmente le pertenecen, que están en él desde el principio, y las otras aprendidas en los libros o en la calle. Cuando un poeta encuentra su palabra, la reconoce: ya estaba en él. Y él ya estaba en ella. La palabra del poeta se confunde con su ser mismo. Él es su palabra. En el momento de la creación, aflora a la conciencia la parte más secreta de nosotros mismos. La creación consiste en un sacar a luz ciertas palabras inseparables de nuestro ser.

Octavio Paz. El Arco Y La Lira.

Octavio Paz en Gal Vihara (Sri Lanka), 1967.